Delegación vs Asignación
La mayoría de las personas piensa que la delegación y la asignación son sinónimos, pero hay una distinción importante que hacer entre los dos.
Cuando asigna una tarea, simplemente está instruyendo a un subordinado para llevar a cabo una acción específica. Les dices qué hacer, y lo hacen, es así de simple. Por otro lado, la delegación implica transferir parte de su propio trabajo a otra persona. No solo reciben un conjunto de instrucciones. Por el contrario, se les asigna un papel que les exige tomar decisiones y rendir cuentas por los resultados.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de delegar el trabajo para que pueda combatir el miedo a la delegación, crear un equipo eficiente y trabajar más rápido?
Todos los gerentes y líderes deben dominar el arte de la delegación. Comprender cómo y cuándo asignar la responsabilidad a los demás es esencial para mantener un alto nivel de productividad, tanto a nivel personal como organizacional. Saber cómo delegar también es esencial para un liderazgo efectivo.
Para aprender a delegar es construir un equipo cohesivo y eficaz que pueda cumplir con los plazos. Además, saber cuándo y cómo delegar el trabajo reducirá su carga de trabajo, lo que mejorará su bienestar en el trabajo y aumentará su satisfacción laboral. Desafortunadamente, muchos líderes no están seguros de cómo delegar adecuadamente o dudan en hacerlo.
En esta guía, descubrirá qué implica realmente la delegación, cómo beneficia a su equipo y cómo delegar tareas con éxito.
La importancia de la delegación
Un líder eficaz sabe cómo delegar. Cuando delegas parte de tu trabajo, liberas tu tiempo y logras más a diario. La delegación efectiva también promueve la productividad dentro de un equipo aprovechando las habilidades existentes de sus miembros y permitiéndoles desarrollar nuevos conocimientos y competencias a lo largo del camino. El resultado es un equipo más flexible que puede compartir roles cuando surge la necesidad.
Cuando está dispuesto a delegar, promueve una atmósfera de confianza y confianza. Tus acciones envían una señal clara: como líder, confías en tus subordinados para lograr los resultados deseados. Como resultado, llegarán a pensar en usted como un líder simpático y eficiente que respeta sus habilidades y necesidades.
La delegación no se trata de ladrar órdenes y esperar que su personal haga cola. El trabajo de un gerente es obtener lo mejor de quienes están bajo su supervisión y, al hacerlo, maximizar la productividad y los beneficios.
Aquí hay un ejemplo de mala delegación:
Gerente: Usted estará a cargo de este proyecto.
empleado: ¿Cuál es mi presupuesto?
Gerente: Voy a aprobar todos los gastos.
Empleado: ¿Quién me informará?
Gerente: Hablaré con tu equipo y les diré qué hacer.
Empleado: Comenzaré en el plan del proyecto
Gerente: Hum …
Gerente: Omita esa parte. Ya tengo un plan en mi cabeza.
Empelado: Hipotéticamente, ¿quién asumiría la culpa si este proyecto falla?
Gerente: Bueno, estás a cargo …
La delegación cuidadosa ayuda a identificar y capitalizar las fortalezas y debilidades únicas de los miembros del equipo. La delegación también aumenta el compromiso de los empleados, ya que demuestra que los gerentes están interesados en aprovechar sus talentos.
El miedo a delegar
La delegación aumenta la productividad, pero no todos los gerentes están dispuestos o pueden delegar. ¿Por qué? Aquí hay algunas razones comunes:
- Pueden resentir la idea de que alguien más pueda obtener el crédito de un proyecto.
- Pueden estar dispuestos a delegar en principio, pero temen que su equipo no pueda manejar un mayor grado de responsabilidad.
- Pueden sospechar que su personal ya está sobrecargado de trabajo y se sienten reacios a aumentar su carga.
- Pueden sospechar que es más simple y rápido simplemente hacer una tarea ellos mismos.
- No les gusta la idea de dejar de lado las tareas que disfrutan hacer.
- Temen que si delegan responsabilidades, su propio gerente concluirá que no pueden manejar su carga de trabajo.
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Fuente: LifeHack